Quinta Semana de Cuaresma

Si el grano de trigo no muere…

Nos acercamos a la Semana Santa y precisamente en este último domingo de Cuaresma, Jesús no quiere darnos una lección de agricultura y menos aún en tierra de Campos.

Lo que Jesús, ya próximo a la muerte, pretende es anunciarnos que una vida encerrada en sí misma no tiene mucho sentido, pues no dará nunca fruto.

Una vida abierta a los demás y a Dios llega hasta dar esa vida que, aunque nos parezca débil, puede ser más fuerte que la muerte. El grano muerto en el Calvario germina en fruto de salvación para todo el mundo, pues saber morir es…

  enterrar el egoísmo y dejar marchitar el orgullo;

  ser constructor de paz y desterrar la guerra y la violencia;

  tener capacidad de servir generosamente a los demás ;

  sonreír ante la adversidad y arrancar el pesimismo del corazón humano;

  destruir las raíces del pecado que hay en nuestro corazón;

  amar a Dios y a los hermanos;

  dar la vida como Cristo en la cruz, para salvar y redimir.

Si de verdad aceptamos la Palabra de Jesús, nos daremos cuenta que la vida lleva en sí misma rasgos de muerte, pero esos rasgos de muerte se van a convertir en gérmenes de vida, pues al pudrirse en la tierra, la vida nueva está asegurada.

P. Sindo.

SEMANA LITURGICA : Quinta semana de Cuaresma

Lunes 26 marzo : Fiesta de la Anunciación del Señor

  Is 7, 10-14 : La virgen está encinta

  Heb 10,4-10 : Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.

  Lc 1, 26-38 : “Concebirás y darás a luz un hijo…”

Reflexión – Oración :

La fidelidad de María está hecha de pobreza, de confianza, de disponibilidad. Sólo cuando se comprende y aceptan las propias limitaciones, uno se abandona a Dios, para quien todo es posible y se le dice serenamente: “Hágase”. Con el “Fiat” dicho una sola vez y para siempre. María fue, sin duda alguna, una mujer de una gran capacidad contemplativa, y en un momento de contemplación profunda debió haber ocurrido la Anunciación.

Martes 27 marzo :

  Núm 21,4-9: Haz una serpiente y colócala en un estandarte; los mordidos por la serpiente quedarán sanos al mirarla.

  Jn 8,21-30: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, sabréis que yo soy.

Reflexión – Oración :

Nosotros, Señor, caminantes de la vida, somos “mordidos” por el egoísmo que nos asfixia, por el pecado al caer la tarde. Danos la capacidad de mirarte fijamente, levantado en lo alto, crucificado por amor.

Miércoles 28 marzo :

  Dan 3,14-20. 46. 50. 91-92. 95: Despreciaron la orden real y expusieron la vida antes que dar culto a otro Dios que el suyo.

  Jn 8,31-42: La verdad os hará libres.

Reflexión – Oración :

Señor, ser libres, libres como el viento para volar en la verdad que nos hace libres. Alabemos al Señor con cantos de liberación porque está aquí, con nosotros, acompañándonos en el camino, mostrándonos que es él la verdad que nos libera, el gozo de la existencia.

Jueves 29 marzo

  Gén 17,3-9: Dios añadió a Abrahán: Guardad mi alianza tú y tus descendientes, por siempre.

  Jn 8,51-59: Os aseguro: quien guarda mi Palabra no sabrá lo que es morir para siempre.

Reflexión – Oración :

Señor de la vida, tú no quieres la muerte del pecador, sino que cambie de conducta y viva. Danos la vida para ser grano de trigo que muere en el surco para convertirse en miles de frutos. Ayúdanos, buen Dios, a morir al egoísmo, a todo aquello que nos impide acercarnos a ti ... y confiar siempre.

Viernes 30 marzo (Abstinencia).

  Jer 20,10-13: El Señor está conmigo: mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo.

  Jn 10,31-42: Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?

Reflexión – Oración :

Señor Jesús, te alabamos cansados del camino. Pero sabemos que el cansancio que nos aprieta que no es impedimento para continuar tras tus huellas, para seguirte a ti cuando estamos desbordados en la vida plena, el gozo desbordante.

Sábado 31 marzo

  Ez 37,21-28: Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.

  Jn 11,45-56: Os conviene que uno muera por el pueblo, y que no parezca la nación entera.

Reflexión – Oración :

Eres un Dios desconcertante, a nada se te puede comparar, tú vas a la cruz sabiendo que es el amor el que te mueve, con esas ansias redentoras que bullen en tu corazón. Ayúdanos a perseverar con la cruz de cada día para entregarnos siempre.