PENTECOSTÉS
Terminada la cincuentena pascual, empezamos la Pascua del EspÃritu Santo. Si la Pascua de Resurrección era vida, ésta de Pentecostés es amor.
Vida y amor van siempre unidos, casi se identifican. Celebramos al EspÃritu de Dios, derramado en el corazón de la Iglesia.
Es el Aliento vivificante de Dios, es la fuerza de Dios, es la riqueza y el amor de Dios, que llena y transforma a todos los discÃpulos de Cristo.
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