Los Claretianos en Valladolid
1. PRIMERA FUNDACIÓN (Finales del s. XIX)
Los Misioneros Claretianos se establecieron por primera vez en la ciudad de Valladolid a finales del siglo XIX, casi al mismo tiempo que en la ciudad de Medina de Rioseco. Regentaron la iglesia de San Juan de Letrán, en el Campo Grande y tuvieron su domicilio en la Acera de Recoletos, n.º 13, 2º.
Además de la atención a la iglesia, atendieron sus predicaciones por toda la región.
Aquella primera fundación no pudo cuajar. Sólo duró unos quince meses.
Sin embargo esta breve presencia claretiana ha quedado registrada en el plano más antiguo e importante de la ciudad que el arquitecto municipal, Agapito y Revilla, acababa de descubrir. Este plano que se remonta a 1738, fue descubierto en un estado muy deteriorado.
Agapito y Revilla, con sumo cuidado y paciencia, logró calcarlo, copiando en él la relación actualizada de los puntos notables. Pues bien, en el apartado de Ayudas de Parroquia, n.º 22, anota lo siguiente: «San Juan de Letrán, de San Ildefonso... Ocuparon la iglesia más tarde, en 1894, los Misioneros del Inmaculado Corazón de MarÃa...».
2. LOS MISIONEROS CLARETIANOS EN LA CIRCULAR
Al llegar a Valladolid, en esta segunda fundación, los Misioneros tuvieron su residencia provisional en la Rectoral de San Pedro, en la calle ChancillerÃa, núm. 10, desde septiembre de 1941 al mes de abril de 1944. Sin iglesia propia, atendÃan a varias capellanÃas y a los numerosos encargos de predicación en la ciudad y en la región.
Durante este tiempo colaboraron activamente en la consagración de la Diócesis, al Inmaculado Corazón de MarÃa, en los primeros meses de 1943. El P. Janáriz, primer Superior, estableció en varios centros educativos, la Asociación de Infantes del Inmaculado Corazón de MarÃa, que el mismo Padre habÃa fundado en Aranda de Duero.
El 25 de abril de 1944 la Comunidad pasó a la vivienda que se habÃa venido preparando en la calle Fructuoso GarcÃa, 9 (hoy, calle Padre Claret, 3). En la planta baja se habÃa habilitado una pequeña capilla, mejorada y ampliada en varias ocasiones, y dotada más adelante con una campanita para congregar a los fieles a las horas de culto. Esta capilla constituyó el centro de culto durante más de veinte años, hasta la construcción de la primera iglesia en 1965.
Por la mañana habÃa varias misas desde horas muy tempranas. Por la tarde no podÃa faltar el rezo del santo Rosario y los tradicionales cultos vespertinos (novenas, meses de mayo, junio y agosto), que fueron cediendo el lugar principal a la misa vespertina, cuando éstas fueron autorizadas. Los domingos y festivos las misas eran más numerosas y solemnes, con la homilÃa y los cantos correspondientes. El servicio de los confesionarios estaba atendido regularmente por los titulares, que tenÃan sus horas señaladas, y acudÃan también, a cualquier hora en que era requerido su servicio. La capilla era centro de diversas asociaciones que fomentaban el culto y la vida cristiana de los fieles.
La primera y principal era la «ArchicofradÃa del Corazón de MarÃa». Esta asociación estaba ya establecida en Valladolid, desde primeros de siglo, en la Parroquia de San Esteban. La parroquia de San Esteban, de que aquà se habla, es la iglesia que la CompañÃa de Jesús habÃa tenido en la actual calle del Santuario, junto al Colegio de Escoceses, tan ligada a las revelaciones del Corazón de Jesús (y del Corazón de MarÃa), al jesuita P. Hoyos. Por los años 40, después de dejar de ser parroquia, comenzó a llamarse Santuario Nacional de la Gran Promesa.
El triduo de inauguración de la ArchicofradÃa (19-21 de abril de 1901), lo predicó el P. Arturo Menán, claretiano de la residencia de Bilbao. Ahora establecidos los Misioneros en Valladolid, implantan la ArchicofradÃa en su pequeña capilla el 20 de mayo de 1945 con la autorización y la presencia del Sr. Arzobispo.
Pronto se pasó del medio millar de socios, y desde el primer momento, bajo la presidencia de la Srta. Pura Lebrero, la ArchicofradÃa fue una eficaz promotora de la devoción y el culto al Corazón de MarÃa.
En segundo lugar hay que mencionar la simpática asociación de los Infantes del Corazón de MarÃa que fue erigida en la capilla el 2 de febrero de 1946 con la intervención de su Director el P. Prudencio GarcÃa, y la aprobación entusiasta del Superior de la Comunidad que, como se sabe, fue el iniciador en España de esta Asociación y seguÃa siendo el Director general de la misma. Un centenar de niños del barrio fueron los primeros en apuntarse como socios.
El P. Cruz Ripa, que en 1951 está al frente de los Infantes, funda a primeros de mayo la «Juventud Cordimariana Femenina» que comienza a funcionar perfectamente en sus secciones de Catequesis, Caridad, Piedad, Propaganda y Biblioteca.
El mismo P. Ripa, tres años después, puso en marcha la «Juventud Cordimariana Masculina», y el 16 de julio de 1954 tenÃa lugar en nuestra capilla la imposición de insignias al grupo de 40 jóvenes que componÃan la Primera Promoción de Jóvenes Cordimarianos.
HacÃa muchos años que el P. Janáriz, como nos cuenta él mismo, habÃa introducido la «Visita Domiciliaria del Corazón de MarÃa» en Valladolid. Fue en 1916, en octubre con motivo de predicar la novena del Corazón de MarÃa, que serÃa naturalmente en la parroquia de San Esteban, donde seguÃa funcionando con vida vigorosa la ArchicofradÃa. Cuando los Claretianos abrieron su capilla, debÃa seguir este grupo de 14 coros de 30 familias cada uno, radicado en la misma iglesia, convertida recientemente en Santuario Nacional de la Gran Promesa. Y es natural que quisieran fundar otro grupo en su capilla. Pero hasta 1954 no se menciona este nuevo grupo de urnitas, en los resúmenes anuales. Esta Asociación es la que mejor ha resistido los inevitables cambios de los tiempos, y sigue aún funcionando en el dÃa de hoy.
En cambio, sà se subraya por los años de nuestra historia la existencia y funcionamiento de «Filiación Cordimariana» que tenÃa aquà sus retiros, sus cÃrculos de estudio y recibÃan en la capilla la atención espiritual de los Misioneros. Como también el «Centro de Catequesis», que venÃa funcionando desde la apertura de la capilla con asistencia de unos 400 niños.
Pero el objetivo principal de las tareas de Comunidad no era la capilla. Como en cualquier otra Casa-Misión, el trabajo principal se orientaba, al estilo de San Antonio M. a Claret, a la predicación itinerante por pueblos y ciudades de la región en misiones populares, ejercicios espirituales, novenarios y otras modalidades de menor duración, como sermones sueltos, conferencias, panegÃricos, etc.
Durante algún tiempo radicó aquà el llamado «Equipo Misionero de la Provincia religiosa de Castilla». A cualquier sitio donde eran llamados acudÃan para predicar el Evangelio. En el libro correspondiente aparecen los lugares y el tipo de predicación realizada. Allà figura toda la provincia de Valladolid y pueblos y ciudades de toda la región de Castilla y León. Incluso en los últimos años de este perÃodo, varios sacerdotes de esta Comunidad estuvieron incorporados al equipo misionero que la Conferencia de Religiosos tuvo desplegado por toda la América Española. Como dato significativo de esta desbordante actividad, señalamos que en estos 25 años se superó con mucho la cifra de 1.500 entre misiones populares, ejercicios espirituales y novenarios. Cuando la Comunidad asume en 1966 el compromiso de la parroquia, disminuye esta actividad exterior, para centrarse en las tareas en favor de los fieles encomendados en torno a la Plaza Circular.
3. RESIDENCIA UNIVERSITARIA (Casa del Barco: 1952-1968)
A finales del año 50 la Comunidad Claretiana de Valladolid hace gestiones ante el Gobierno Provincial sobre la fundación de una Residencia de Estudiantes Universitarios. Expone la conveniencia de hacer una fundación digna en esta capital.
El cronista local relata los hechos de esta manera: «La Comunidad da para ello razones morales, sociales y hasta económicas. El bien espiritual que se puede hacer a los jóvenes, el apostolado entre los mismos en época difÃcil de su vida; el estar enclavada la nueva residencia en lugar privilegiado, entre edificios oficiales y particulares de la mayor importancia, permitirá relacionarnos y darnos a conocer por vivir en un barrio pobre y retirado» (Crónica, p. 3).
El 1 de septiembre de 1952 se abrÃa oficialmente la nueva Residencia «Corazón de MarÃa», en la calle Gamazo 1 (Casa del Barco), llegando a superar los 52 estudiantes a mediados de octubre. En los años siguientes la Residencia logró albergar a un centenar de estudiantes en su mayorÃa de las provincias limÃtrofes de Valladolid, de Asturias y del PaÃs Vasco.
Muy pronto se abrió en el piso bajo una Capilla para los actos religiosos de la Residencia, y abierta también a los feligreses de la zona. El objetivo primordial de la Residencia era el acompañamiento personal de los estudiantes durante sus estudios universitarios. Un Padre, el «Director Espiritual», tenÃa la misión de acompañar a cada universitario en su formación humana, espiritual y profesional. Merece una especial atención la promoción humana y cristiana de los estudiantes en una barriada de gitanos llamada «Graveras» de S. Isidro y Fuente de la Salud, a las afueras de la ciudad. Esta labor humanitaria con los gitanos duró desde el año 62 hasta el 68.
Esta Residencia Universitaria permaneció abierta hasta el mes de julio de 1968. Motivos extrÃnsecos y ajenos a la misma, obligaron a abandonar una actividad juvenil que dio abundantes frutos por espacio de 16 años.
Sin embargo, el vacÃo que deja la Residencia vallisoletana ha venido a ser llenado por la acogida de la Comunidad de C/ P. Claret, 9 abriendo en ella una pequeña Residencia Universitaria con capacidad para 38 estudiantes. Esta residencia permaneció abierta desde el 68 hasta febrero del 75.