Las Angustias-La Quinta Angustia-La Piedad
Semana Santa en Valladolid.
Las Angustias - La Quinta Angustia – La Piedad
En España y desde hace siglos son numerosas las imágenes y las cofradías de Semana Santa bajo el título o advocación de la Quinta Angustia. Voy a fijarme en concreto en Valladolid.
Notemos que la religiosidad popular y la liturgia, también ya desde hace varios siglos, viene recordando y venerando los Dolores de la Virgen María. Aunque no ha sido siempre así, la devoción popular sintetizó en siete Dolores o Angustias, que normalmente, no siempre, se ordenan o enumeran así:
1º Profecía de Simeón.
2º Huida a Egipto.
3º Pérdida de Jesús en el templo de Jerusalén.
4º Encuentro con su Hijo cargado con la cruz.
5º Agonía y muerte de Jesús en la cruz.
6º Descendimiento de Jesús a los brazos de su Madre
7º Sepultura de Jesús y soledad de María.
Estos Siete Dolores aparecen cincelados en la corona en forma de diadema que canónicamente se le impuso a Ntra. Sra. de Las Angustias. Pero también y ya desde antiguo se ha llamado quinto dolor o Quinta Angustia a la Piedad, es decir, a María con el cuerpo muerto de Cristo. A modo de ejemplo: Santa Teresa de Jesús (1515-1582) en una de sus cuentas de conciencia del año 1575 dice que
“…estando en maitines, el mismo Señor, por visión intelectual, tan grande que casi parecía imaginaria, se me puso en los brazos a manera como se pinta la “Quinta Angustia”.
Y anota un recopilador y comentador de sus escritos que querría decir Sexta, pero que en los devocionarios de la época era, en efecto, la Quinta Angustia.

En los primeros años del siglo XVII se fue simplificando su nombre original y quedó: Cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad y sus Angustias. Al unirse a ella la Cofradía de la Piedad en 1617 tomó el título de Cofradía de Ntra. Sra. de la Soledad, Piedad y sus Angustias, mas en 1630 se separaron. Posterior y actualmente: Cofradía de Ntra. Sra. de Las Angustias.
Su sede original tuvo un pequeño hospital, donde los cofrades ejercían su obligación de caridad y asistencia social, y una iglesia o ermita en la calle Santa Clara, que luego empezó a llamarse Angustias Viejas, al trasladarse la Cofradía en el siglo XVII a su nueva sede, y en la actualidad Torrecilla. Esa nueva y desde entonces sede es la iglesia penitencial de Ntra. Sra. de Las Angustias, de la que luego escribiré.

La vallisoletana Cofradía de Ntra. Sra. de la Piedad -su origen se remonta a 1578- saca desde 1927 el paso de una Piedad llamada Quinta Angustia tallada en madera hacia 1625 por Gregorio Fernández (1576-1636), y policromada por otros artistas, como figura central de un retablo en el Convento de San Francisco, que se empezó a demoler por el año 1837 a raíz de la Desamortización de Mendizábal; imagen que pasó a una capilla lateral en la iglesia de San Martín, aunque en la actualidad -por diversas circunstancias- está provisionalmente en la iglesia conventual de las franciscanas Descalzas Reales.

No hay que confundir los pasos del Descendimiento a que me vengo refiriendo con otro también llamado así y también de Gregorio Fernández, quien lo concertó en el año 1623, perteneciente a la Cofradía e iglesia penitencial de la Vera Cruz.
El evangelista San Juan (19,38-39) nos narra que José de Arimatea y Nicodemo bajaron el cuerpo muerto de Jesús. El principal promotor de la devoción a este acontecimiento del Descendimiento de Cristo de la cruz fue el franciscano San Buenaventura (1221-1274) en sus obras “Oficio de Pasión” y “Meditaciones de Jesucristo”.


Para Juan Agapito y Revilla (1867-1944) en el año 1650 ya la Virgen tenía las espadas de plata que hemos conocido y acortadas hoy. No hay duda de que con estos u otros cuchillos o espadas adquirió gran fama, como lo atestiguan las numerosas copias existentes.
En esta capilla de Ntra. Sra. de Las Angustias hay siete pinturas (año 1710) sobre lienzo (1,73 m. x 1,17 m.) del pintor italiano Manuel Peti, representando los tradicionales Dolores de la Virgen María.
La Coronación Canónica de Ntra. Sra. de Las Angustias debe servirnos para acrecentar nuestro amor e imitación en relación con nuestra Madre y con una proyección social y asistencial hacia las personas necesitadas.
Eugenio Jesús Oterino , C.M.F. Misionero Claretiano