Evangelio 3 de diciembre
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,21.24-27):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
Comentario
Francisco de Javier era un cristiano mediocre. Estudiaba en París. Había allí un vasco, llamado Iñigo de Loyola, que estudiaba para ser sacerdote. Hablaban con frecuencia . Ignacio era ya un convertido sincero. Quería traspasar a Francisco de Javier un poco de la fe que él había reci-bido.Un día Francisco de Javier le comentó. “Ignacio: cómo enardeces con ;tus palabras mi fe;.mas soy débil; dudaré de tus palabras mil veces y mil veces mandaré que calle a tu voz amiga; que es inútil, que no siga la siembra de tus ideas ; pero tú no me lo creas, por más que yo te lo diga”. Hasta que otro día decidió seguir para siempre a Jesús.Las palabras del evangelio le habían llegado al corazón; y Francisco edificó sobre roca...Lo que oyó lo puso en práctica y ya no dudó jamás .No sólo se convirtió él, sino que dedicó toda su vida a convertir a los otros, como misionero allá, en el Extremo Oriente.