Evangelio 3 de Diciembre
Lectura del santo evangelio según san Lucas (10,21-24):
En aquel tiempo, lleno de la alegrÃa del EspÃritu Santo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. SÃ, Padre, porque asà te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.» Y volviéndose a sus discÃpulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que veis vosotros, y no lo vieron; y oÃr lo que oÃs, y no lo oyeron.»
Comentario
Jesús agradece al Padre la misión llevada por los 72 discÃpulos. Se goza en cumplir la voluntad de su Padre, y le glorifica porque ha revelado los misterios a los sencillos. Debemos alegrarnos siempre de que Dios se manifieste desconcertante, es el totalmente Otro, el Diferente. Para los entendidos de este mundo este obrar de Dios es incomprensible; pero para los sencillos es la manifestación de un Padre bueno que nos ama. La alegrÃa de la fe es un don de Dios que concede sólo a los sencillos. Agradezcamos al Señor la revelación de las cosas del Reino en cada uno de nosotros. ¿Buscamos la verdadera sabidurÃa que se nos concede de parte de Dios? A.C.P