Evangelio 15 de diciembre
Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,28-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«¿Qué os parece? Un hombre tenÃa dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: "Hijo, ve hoy a trabajar en la viña." Él le contestó: "No quiero." Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: "Voy, señor." Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que querÃa el padre?» Contestaron: «El primero.» Jesús les dijo: «Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creÃsteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creÃsteis.»
Comentario
Quiero. No quiero. ¡Cuántas veces usamos estas palabras! Pero con cierta frecuencia no son definitivas ; se refieren a un momento; luego todo puede cambiar: sea para bien o sea para mal. La parábola inventada por Jesús nos habla de dos momentos bien distintos.Un hijo dice que no quiere ir al dÃa siguiente a trabajar en la viña, mientras que el otro hijo dice que él sà quiere ir. Pasó la noche. Amaneció.. Y ahora cambian totalmente las cosas : el que no querÃa ahora sà quiere y el que sà querÃa ahora ya no quiere. Lo que interesa, realmente, es el final.Los sumos sacerdotes y ancianos del paÃs aparentemente sà quieren cooperar con Dios,pero, cuando llega el Hijo de Dos hasta ellos , no lo quieren ni escuchar ni recibir.En cambio, las prostitutas y los cobradores romanos de los impuestos sà que se van convir-tiendo, poco a poco, con la predicación del Bautista y ahora con la de Jesús. Es que los que ya se creen buenos dirán que no tiene de qué convertirse ni por qué convertirse. ¿Te pareces tú algo a estos malos tipos de aquel entonces?.