Evangelio 13 de febrero
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,27-32):
En aquel tiempo,
Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo: «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?» Jesús les replicó: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.»
Palabra del Señor
Comentario
Jesús se encuentra con Leví (Mateo), recaudador de contribuciones (publicano) muy mal visto y juzgado por los puritanos de su tiempo y ambiente. Jesús no solo lo “mira” con cariño, sino que le invita al seguimiento, a ser discípulo. Leví deja su oficio, invita a comer a Jesús en su casa, organizando una gran fiesta; los primeros invitados son sus compañeros de profesión, como él, recaudadores de impuestos para Roma. Se intensifican las críticas y acusaciones a Jesús. Mateo reconoce que necesita sanación; Jesús le cura con su mirada, invitándole al seguimiento, sentándose a su mesa; y ante las estas críticas, Jesús recurre a un conocido proverbio: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores para que se conviertan”.