Evangelio 12 de Abril
Lectura del santo evangelio según san Juan (11,45-57):
En aquél tiempo, muchos judÃos que habÃan venido a casa de MarÃa, al ver lo que habÃa hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que habÃa hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el SanedrÃn y dijeron: «¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación.» Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera.» Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel dÃa decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judÃos, sino que se retiró a la región vecina al desierto, a una ciudad llamada EfraÃn, y pasaba allà el tiempo con los discÃpulos. Se acercaba la Pascua de los judÃos, y muchos de aquella región subÃan a Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: «¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y fariseos habÃan mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.