Evangelio 10 de febrero
Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,1-13):
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y
vieron que algunos discÃpulos comÃan con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judÃos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.) Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué comen tus discÃpulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?» Él les contestó: «Bien profetizó IsaÃas de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mÃ. El culto que me dan está vacÃo, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.» Y añadió: «Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decÃs: Si uno le dice a su padre o a su madre: "Los bienes con que podrÃa ayudarte los ofrezco al templo", ya no le permitÃs hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitÃs; y como éstas hacéis muchas.»