El Adviento: Una Luz para nuestra noche
El Adviento : comienzo de un nuevo año litúrgico, tiempo que precede a la Navidad, el tiempo que nos invita a la esperanza… Un tiempo que podría y debería ser un tiempo de Luz…
Pero precisamente llega en un momento lleno de oscuridades, de sombras, de guerras, de odio, de violencia, de exclusión, de desprecios de todo tipo, de crisis económica…
Por ello, nosotros los cristianos estamos invitados a hacer un tiempo de luz que sea capaz de iluminar nuestras sombras.
Un tiempo de luz que transforme estas noches en día y nos mantenga despiertos y en pie para…
Ser portadores de reconciliación, y ofrecer amistad, respeto; Alumbrar la oscuridad con la luz de la esperanza; No ser victimas de las sombras del mal; Estar vigilantes y no dejarnos sorprender por las fuerzas oscuras que buscan introducirse en nuestras vidas; Seguir avanzando con confianza en el futuro.
Alguien puede decir : “Pero si luz ya la tenemos. Ya vino. Tiene un nombre, Jesús. Brilló en la plena noche del mundo, del tiempo, de los corazones. Al nacer, Jesucristo ha implantado en nosotros la Luz de Dios”.
Con más razón todavía, hemos de vivir el Adviento…
luchando para que esas noches no impidan comportarnos como hijos de la luz;
dejándonos interpelar por las numerosas llamadas de nuestros hermanos y ayudándoles a salir de la oscuridad;
descubriendo en nosotros la fuente inagotable del Evangelio;
haciendo todo lo posible por disipar nuestras tinieblas y las de nuestro alrededor a fin de no caer en la tentación de adormilar en nosotros la Luz que un día se hizo hombre para que los hombres camináramos en plena luz.
Siguiendo este camino del Adviento, podremos celebrar en Navidad el nacimiento de la Luz que vino a iluminar nuestra noche. De lo contrario, Navidad será una fiesta más, cada vez más comercial, más luminosa en las calles, pero llena de sombras en nuestro corazón.
Urge : despertar, estar vigilantes, caminar a la luz de la aurora.